Y volvió a nacer

Era una bestia inmunda. Todos le veían y querían matarlo. "¡Fuera de la aldea!¡Matará a nuestros hijos!". Nadie pensaba que aquella bestia tenía sentimientos, a nadie se le ocurrió pensar, que fueron ellos quienes le enseñaron a matar, que fueron ellos quien la verle horrendo le empezaron a atacar. Sin duda, el monstruo era el culpable, pues era el que atacaba, pero cada vez que lo hacía, pasaba días arrepintiéndose...
Pero un día, la bestia sufrió una metamorfosis, se convirtió en algo maravilloso, la gente del pueblo quizá seguiría pensando que era la misma bestia, por ello decidió irse, allá donde nadie le conociera. Allá, donde alguien apreciase lo que es... La bestia, volvió a nacer.

Felicidades...

Hoy, fue mi cumpleaños, todos me felicitaron (pocos estaban verdaderamente alegres...), me dieron regalos, la mayoría de ellos eran cosas inútiles, compradas para dar el pego y mantener las formas... Pero había un par de regalos que realmente merecían la pena, eran cosas quizá igual de inútiles que el resto, pero estaban hechas desde el corazón. Los formalismos siempre existen, pero algunas veces son más que eso...

Algo diferente...

Una noche más, sentado ante el ordenador. Observo el universo desde mi posición neutra y lejos de todo. Nada puede afectarme, el resto de los humanos sienten dolor, pena alegría euforia... pero yo no. Muchos creen que mi existencia carece de sentido por no tener sentimientos, pero no es así. Mi misión es descifrar los misterios del universo, desde las galaxias más grandes, hasta las partículas más pequeñas que encuentre. Vosotros, seres inferiores divertíos, vuestro fin llegará pronto, peor yo, aun naciendo como vosotros, me he convertido en algo diferente, en algo mejor...